Con motivo de las Celebraciones Eucarísticas, el Inalpi Arena se transformó en una gran iglesia en gradas. En la plataforma central, justo debajo de la cruz dorada que permaneció colgada del techo durante toda la reunión, se montó el altar y en línea se colocaron la cátedra y el ambón.

Don Paolo Tomatis, responsable de la pastoral litúrgica de la diócesis de Turín y Coordinador de la Equipo Torino2024, y el hermano Luca Gazzoni, de la diócesis de Cuneo-Fossano, se encargaron de la disposición del espacio litúrgico como Maestros de las Celebraciones, asistidos por algunos equipista de base: Antimo y Renata Quarta. “Si hubiéramos puesto el presbiterio en el escenario, las personas más alejadas no habrían visto nada. En cambio, esta solución permitió acercar lo más posible el espacio litúrgico a los participantes y también gustó mucho, ya que recibí muchos elogios”, declaró el hermano Luca.

Las Celebraciones Eucarísticas que se oficiaron durante la semana, en cambio, fueron preparadas por varios equipista de base de algunas Super Regiones (África francófona, Estados Unidos, Portugal, España). En el altar se turnaron varios sacerdotes, cuya imagen fue proyectada en las pantallas gigantes para que todos pudieran verla, y cada uno de ellos celebró la Celebracione Eucarística en su propio idioma. La diversidad de lenguas no representó un problema para los participantes, que lograron sumergirse igualmente en la atmósfera de la celebración.

Dado el gran número de personas, el momento de la entrega de la Comunión fue confiado, además de a los sacerdotes ordinarios, también a los Ministros Extraordinarios de la Eucaristía: un grupo de equipista de base que recibieron un mandato especial para distribuir la Comunión durante esta semana. Para evitar confusiones durante el momento celebrativo, sacerdotes y Ministros Extraordinarios llegaban a los participantes en las gradas, para que no tuvieran que moverse de sus lugares.

Acompañando las celebraciones no podía faltar el coro, que cantó las canciones litúrgicas italianas y también algunos cantos en los diferentes idiomas de la reunión para hacer el momento aún más inclusivo. “La señal más evidente de la alegría de las celebraciones es precisamente el canto, donde toda la asamblea multilingüe canta y reza”, concluyó el hermano Luca.