El P. Henri Caffarel sobre el Encuentro Internacional

El porqué de la importancia de un Encuentro Internacional, explicado por el P. Henri Caffarel con motivo de la 1a Peregrinación Internacional de los ENS, en 1954.

“SE IMPONE UN GESTO”

Es una de la alegrías, una de las fortalezas de nuestra generación el tener, sino descubrir, o al menos tomar conciencia de las grandezas cristianas del Matrimonio. Amor conyugal, paternidad, maternidad, procreación, misión del matrimonio, no evocan solamente para nosotros las realidades de la tierra, sino las realidades sacramentales, es decir las realidades humanas transfiguradas, portadoras de gracias, hablando de las realidades divinas.

Acabo de decir que ésta es una de las fortalezas de nuestra generación Sí, esto es muy legítimo en un sentido: hemos buscado, hemos encontrado, nos felicitamos por haber encontrado, Pero a veces hay una nota de ingenuidad y de suficiencia en nuestra fortaleza. Hemos encontrado, sí, pero porque Dios nos ha dado. No somos nosotros mismos a quienes hay que felicitar, es a Dios a quien hay que agradecer.

Hace mucho tiempo, yo había soñado con un gran gesto de los matrimonios cristianos, que ellos vinieran a expresar públicamente a Dios su reconocimiento por recibir su iluminación.

Ese gesto, será nuestra peregrinación a Lourdes los días 5,6 y 7 de junio.

Gesto de reconocimiento hacia Dios «autor de todo don». Pero también gesto de reconocimiento a la Iglesia.

Muy influenciados por una educación individualista, a veces no nos queremos convencer de que los dones de Dios no nos llegan sino por la Iglesia y en la Iglesia – esto es lo que San Cipriano traducía: Nadie tiene a Dios por padre si no ve a la Iglesia como madre. Esas riquezas del matrimonio, hay que comprenderlas, no porque son adquiridas en tierra extraña, sino más bien en el tesoro innegable de nuestra madre, la Iglesia. Las hemos recibido de sus manos.

Nosotros no tenemos derecho a guardarlas con avaricia para sacarles provecho. Puesto que las hemos recibido de la Iglesia, es necesario que la Iglesia sea también su primera beneficiaria.

Nuestro reconocimiento no debe ser solamente una palabra salida de nuestros labios, sino un don de nosotros mismos:

  • de hacer de nuestros hijos sus hijos
  • de ofrecerle con generosidad lo que Dios llamaría « el más alto de los servicios »
  • de trabajar con todas nuestras fuerzas para transmitir lo que hemos comprendido del matrimonio a tantos hogares que lo ignoran y que lo esperan
  • de colaborar en su tarea misionera comenzando por nuestras parroquias.

Seguramente me preguntarán ¿por qué Lourdes? «Porque este es Año Mariano. Porque los Equipos están bajo el patrocinio de María y deben tomarla como garante y testimonio de su reconocimiento y su promesa.

En Henri Caffarel, Un editorial publicado en la «CARTA MENSUAL DE LOS EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA» en enero de 1954.