La Síndone es un lienzo de lino tejido en espina de pescado con dimensiones aproximadas de 4,41 x 1,13 metros, que contiene la imagen doble yuxtapuesta de la cabeza del cadáver de un hombre muerto después de una serie de torturas culminadas con la crucifixión. La imagen está bordeada por dos líneas negras estriadas y una serie de lagunas, que son daños causados por el incendio ocurrido en Chambéry en 1532. Según la tradición, se trata del lienzo mencionado en los Evangelios que se utilizó para envolver el cuerpo de Jesús en el sepulcro. Aunque esta tradición ha encontrado numerosas confirmaciones en investigaciones científicas sobre la Síndone, aún no se puede considerar definitivamente probada.

Sin embargo, la Síndone, por las características de su impresión, representa un vínculo directo e inmediato que ayuda a comprender y meditar sobre la dramática realidad de la Pasión de Jesús. Por esta razón, el Papa San Juan Pablo II la llamó “espejo del Evangelio”. La Síndone se encuentra custodiada en la Catedral de Turín (plaza San Giovanni), en la última capilla de la nave izquierda, debajo de la Tribuna Real. La Síndone no se puede ver directamente, ya que está dentro de una “cápsula de conservación”, que a su vez está encerrada en una gran caja metálica. Normalmente, solo se extrae en ocasiones de exhibición pública. Los peregrinos pueden llegar a la capilla y rezar afuera (frente a la ventana de la capilla hay bancos y reclinatorios), encontrándose así frente a la caja que contiene la Síndone.

Para la Casa de Saboya, la Síndone fue más que una “reliquia de corte”: el lienzo representaba la fe de los gobernantes y la lealtad del pueblo a esa devoción. En 1983, Umberto II, último jefe de la Casa, legó la Síndone a la Santa Sede, pero incluso antes, en 1978, la Iglesia había iniciado un camino de “devoción popular” atrayendo a millones de personas en peregrinación para contemplar una imagen que no se había expuesto públicamente desde 1933. Tres millones de personas llegaron a Turín; en los años siguientes, esta peregrinación muy particular se convirtió también en una oportunidad pastoral: los Papas y los arzobispos custodios ofrecieron reflexiones importantes sobre el significado de esta imagen que sigue siendo misteriosa para la ciencia (En 1988 se realizó la prueba del Carbono 14 en un fragmento de la Síndone, que atribuyó a esta una datación medieval: pero el método y los resultados de ese experimento todavía son objeto de controversia).

“Testigo silencioso” (Pablo VI); “Espejo del Evangelio” (Juan Pablo II); “Ícono del Sábado Santo” (Benedicto XVI): el magisterio de los Papas ha vinculado con fuerza la Síndone a su significado central: ícono de la Pasión del Señor, que interpela nuestra fe y nuestra humanidad sobre el significado de la vida y la muerte, y sobre la esperanza que proviene de la caridad.

Marco Bonatti, responsable de comunicación de la Comisión diocesana para la Sábana Santa